Vamos hasta La Adrada (Ávila) a visitar el Pino del Aprisquillo. Un ser extraordinario que se eleva de forma vertiginosa en las faldas más orientales de la Sierra de Gredos, en la comarca del Valle del Tiétar. Nadie debería perderse a este portento natural.
La Adrada – Garganta de la Hoya/del Aprisquillo – Cascada del Aprisquillo – Pino del Aprisquillo
Distancia | 10 kms (ida y vuelta) |
Desnivel | 630 metros |
Dificultad | Media |
Punto más bajo | 1.357 metros |
Punto más alto | 785 metros |
Tras llegar a La Adrada deberemos tomar la carretera que sube a los pinares por la ermita de la Yedra y aparcarlo justo aquí:
Desde donde hemos aparcado el coche veremos dos pistas. Una será por la que iremos y otra por la que vendremos. Tenemos que tomar la pista que lleva al Charco de la Hoya. Es fácil pues hay un cartel que indica cuál es.
La subida hasta el Pino del Aprisquillo la vamos a hacer evitando en todo momento las pistas que hay. Subiremos a través de bonitos pinares atravesando rincones preciosos que en caso de ir por las pistas dejarían de verse. Si vamos en silencio podremos disfrutar de la fauna que mora en estos montes. Para hacer esta ruta es imprescindible observar bien el mapa y llevar la ruta en el GPS/móvil si es posible. Es una ruta en la que es fácil desorientarse. Tendremos que tener siempre la garganta a nuestra izquierda mientras subimos, a veces estará más cerca y otras más lejos.
Tras andar por la pista algo menos de un kilómetro y cruzar un puente sobre la garganta pasaremos por debajo de un gran tubo. A partir de ahí hay que estar atentos y tomar un camino que sale a nuestra izquierda y que es bastante empinado. Trataremos de no alejarnos mucho de la garganta. Ese camino no es fácil de seguir, se junta con otros y hay que saber cuál tomar. Es por ello que insistimos en llevar la ruta en GPS.
Esta garganta que está salpicada de rincones bonitos y saltos de agua. Si se va con tiempo se recomienda bajar y admirarlos.
Llegará un momento en que crucemos una pista a la altura de un pilón. Será ahí cuando veremos el primer cartel indicador del pino. El Ayuntamiento de La Adrada se lo tendría que currar más y poner carteles indicadores desde abajo, cuesta cuatro duros y seguro que mucha gente lo agradece.
Tras pasar por el pilón de la pista, y ya enfilando el último tramo hacia el pino, viene el sector más bonito del itinerario. Transcurre por la garganta. Las especies de árboles que pueden observarse son de lo más diverso. Además de pinos de los que tenemos variedad (albar, cascalvo y valsaín) podremos ver castaño, majuelo, roble, encina, enebro, aliso y acebo. El matorral predominante es el piorno y la zarza. En cuanto a flores destaca la peonía, la aguileña, cantueso, digital purpurea y narciso en su mayoría.
Desde el sendero veremos un gran salto de agua de varias fases. Si los árboles tienen hojas solo se oirá el ruido del mismo. Merece mucho la pena bajar a verlo. La época recomendada es al inicio de la primavera cuando baja mucha agua por la cascada y la carencia de hojas en los árboles permite contemplarla en toda su magnitud.
A partir de aquí hay que estar atentos. Las rapaces dominan los cielos. Será posible ver águila real, águila imperial, águila perdicera, águila culebrera, buitre leonado y buitre negro, sobre todo buitre negro puesto que justo al otro lado de la montaña se encuentra el Valle de Iruelas que alberga la mayor población de buitre negro de toda Europa.
Y de repente, ahí está. El coloso de la montaña. Erguido bajo el Cerro de la Escusa. Se ve grande, pero no apreciaremos su magnitud hasta que nos peguemos a su tronco. O hasta que veamos a alguien junto a él y lo observemos en la distancia.
Especie | Pinus nigra |
Altura | 26 metros |
Perímetro | 5,6 metros |
Diámetro | 1,5 metros |
Edad | 350 metros |
El camino de regreso podrá hacerse por el mismo itinerario. Pero aconsejamos retornar a la pista por la que hemos cruzado donde hay un pilón y una fuente de la que se podrá tomar agua. Es al comienzo de esta pista donde está aparcado el coche.
Una vez que lleguemos a ese pilón, tomamos la pista hacia la derecha. No tendremos más que seguirla. Nos encontraremos con tres bifurcaciones. En todas hay que tomar el camino de la izquierda. Esta pista, que es muy sencilla de caminar, baja haciendo muchas curvas por la ladera del monte de tal manera que si la hacemos completa el itinerario puede transformarse en unos cuantos kilómetros más. Podemos acortar las «eses» haciendo «rectas» según nos indique nuestro sentido común.
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Respeta cada cosa por donde pases. Que todo quede igual que antes de tu llegada.