Hoy voy a poneros las fotos de mi última salida hasta la fecha. Ya fue hace siete días y parece que haya pasado una eternidad. El paraje elegido es el Valle de la Grandela, en Burbia. Que es el que sube a la Mallada del Mostallal desde Burbia siguiendo el camino de Piornedo (Lugo).
Un camino ya descrito en este blog en otra ocasión. Fue cuando subí al Mostallar siguiendo este mismo itinerario en el comienzo de la ruta. Puede verse aquí.
El camino en sí es precioso en cualquier época del año. Tuvimos la enorme suerte de que el día anterior nevó junto con que el día elegido para caminar hizo un sol espléndido.
No pensábamos que nos encontraríamos semejante espectáculo. Nieve sí, pero no tan impoluta como la que pisábamos. Si es que hasta daba cosa pisarla. La estropeábamos. Éramos unos auténticos intrusos del paraje profanando aquel manto blanco. Ni siquiera, los animales, ahora en cotas más bajas, la habían pisado.
Como no podía ser de otra manera aprovechamos para hacer las instantáneas de rigor.
De ahí que desde Burbia hasta el final del Reventón, que es el bosque, formado por robles y gigantes avellanos en su mayoría, que precede la Braña de la Mostallal tardamos dos horas horas y media, cuando a buen paso debería hacerse en una hora menos, puesto que los primeros kilómetros son llanos para, de repente, en el Reventón, hacer honor a su nombre.
La nieve estaba ideal para esquiarla, totalmente polvo, como se dice. El bosque, ahora sin hoja en su mayoría deja ver las imponentes peñas que son Os Bodegois.
Esta misma estampa, a comienzos del verano, presenta una imagen bien diferente. De cualquier forma también bonita:
El camino, ideal para un paseo. El tiempo con el que contamos, no es mucho, así que pronto deberemos dar la vuelta. Pero esos días están para aprovecharlos por entero.
La cantidad de nieve caída la noche anterior era importante. Según ganábamos altura cubría hasta la rodilla. Íbamos sin raquetas, así que tampoco uno puede aventurarse más allá sin ellas.
Las ramas de los avellanos se volcaban sobre el camino haciendo que la nieve cayera sobre nuestras cabezas en más de una ocasión.
Da pena pisar, ¿verdad?
Y para comparar una estampa del verano de un lugar muy próximo:
En el camino de ida habíamos visto huellas recientes de ciervo, corzo, zorro, lobo y algún mustélido como la marta o la garduña. Pero descubrimos unas nuevas que no estaban a la ida. En el rato que medió entre la ida y la vuelta por ese punto, que no sería más de hora y media, el pirata del bosque atravesó el camino a plena luz del día. El pirata del bosque no es otro que el tejón. Animal difícil de ver a horas diurnas.
Si nos fijamos en sus huellas veremos que son muy parecidas a las del oso. Para comparar, podéis ver unas fotos parecidas de oso si pincháis aquí.
De regreso nos deleitamos con las grandes vistas que ofrecen estos valles hacia sus montañas. Una foto panorámica del Cuiña y compañía, no podía faltar:
Y tampoco otra del Mostallar, que en esta época del año, es posible verlo a través de los grandes y pelados castaños de Burbia.
Nada más, en total hicimos 14 kms. Fue hasta el final del Reventón, ir y volver por el mismo camino, pisando nieve durante la mayor parte del camino. Un placer.
Hasta otro día.