Uno los mejores bosques del Bierzo no podía quedarse sin salir en rutinasvarias.com . Estamos hablando del bosque de la Güeira que está situado entre Rimor y Ferradillo ocupando las faldas del Pico Reconco y el Damero Redondo.
Esta ruta puedes encontrarla mejor descrita en el estupendo libro «El Bierzo, 50 rutas a pie» de Editorial Calecha. Puede comprarse aquí.
Aquella mañana, en compañía de Roberto realizamos el siguiente itinerario:
Rimor (585 m.) – Bosque de la Güeira – Peña de Reconco (1.242 m.) – Los Llanos – Ferradillo (1.250 m.) – Damero Redondo (1.319 m.) – Chano Monteiro – Rimor (585 m.)
Distancia | 16 kms. |
Desnivel | 1.027 metros |
Dificultad | Media-alta |
Punto más bajo | 589 metros |
Punto más alto | 1.319 metros |
Nos os fiéis de esta ruta por recorrer caminos a baja altitud. Es dura. Su desnivel acumulado es de más de 1.000 metros y la distancia recorrida 16 kilómetros. Cuando la hicimos metimos mucha caña. Estuvimos caminando algo más de 5 horas. Desde las 6:15 hasta las 11:30. Desde el Damero Redondo el regreso se nos hizo duro debido a las altas temperaturas y al incómodo terreno por el que se transita. Si no se está preparado para caminar por pendientes inclinadas de cortafuegos se recomiendo regresar a Rimor por el mismo camino por el que hemos llegado a Ferradillo.
Aparcaremos en el mismo pueblo de Rimor. Plaza Cabuerca. En el lugar donde aparcamos hay unos carteles indicativos de ruta. Tomamos el camino que sube hacia el bosque.
Pincha aquí para saber el lugar exacto y ver la foto del camino que sube.
Justo aquí:
Allí donde hemos aparcado debemos tomar el camino que sale en ascenso que nos meterá de lleno en uno de los castañales silvestres de más valor que conocemos.
Un bosque nacido a partir de viejos sotos de castaños abandonados. El resultado es un bosque formado por castaños jóvenes en su mayoría que no les queda otra que elevarse lo más que le permite el grosor de su tronco para buscar la luz que no entra en las partes más bajas dejando bajo ellos una inmensa alfombra de hojarasca.
Mes de junio. Madrugón importante para estar de regreso pronto. De camino disfrutamos del amanecer con los primeros rayos colándose entre las varas de castaño. La siguiente foto no alcanza a captar la belleza del momento pero creedme que es algo único estar ahí al amanecer. Era algo antes de 6:30 de la mañana.
El camino es claro, y si seguís el mapa que se adjunta al final de esta entrada no os perderéis. También queda algún soto de castaños que se conserva. Son rincones que rompen el castañal silvestre dando lugar a rincones bonitos.
El bosque de castaño deja paso a un bosque dominado por el roble en su mayoría, salpicado de algún abedul, encinas, capudres y acebos. Vamos por una estrecha senda que hará las delicias del habitual caminante del monte.
Vamos cogiendo altura, las faldas de la Peña de Reconco dejan ver su inmenso bosque. En la siguiente foto se ve el pico de Damero Redondo por donde pasaremos tras visitar Ferradillo.
Hacia el oeste aparece el castillo templario de Cornatel en Villavieja elevándose sobre su atalaya mientras preside la tierras bajas del Bierzo.
El bosque entre Rimor y Villavieja también es espectacular.
Tras pasar Reconco, cuya cima esta cubierta de roble, entraremos en el paraje de Los Llanos. Un conjunto de praderas que constituyen el mejor mirador hacia las Peñas de Ferradillo.
Las posibilidades que aquí se abren de cara a otras rutas son muchas, pues desde aquí se puede bajar a Villavieja, regresar a Rimor por otro camino, visitar el pueblo abandonado de Santa Lucía , subir a las Peñas de Ferradillo o atacar a la Guiana.
Hasta aquí 8 kilómetros en los que hemos superado un desnivel de casi 700 metros. No hay que infravalorar esta ruta por no llegar a altitudes mayores. El desnivel acumulado en ella hace que la forma física que haya que tener no pueda ser baja. La ruta exige.
Ferradillo tiene algo de mágico. Ese pueblo, en teoría abandonado, y su entorno nos llevan tiempo atrás cuando la vida en aquel paraje era mucho más difícil que ahora, su aislamiento y su duro invierno propiciaron que allí se hicieran fuertes los maquis. Allí vivió el mítico Manuel Girón, quizá el maquis más conocido.
En Ferradillo hay muchas construcciones en ruinas, entre ellas su iglesia. Si bien hay otras, que no salen en las fotos, que están restauradas mostrando una cara más amable del lugar y quizás menos «romántica».
La zona de Ferradillo destaca por sus endemismos botánicos. Donde podemos encontrar Geranium dolomiticum, Rhamnus legionensis Rothm o Phyllitis scolopendrium. Para mayor y mejor información podéis consultar la estupenda entrada al respecto de Un Ecologista en el Bierzo.
Tras pasar por Ferradillo volvemos por el mismo camino hasta la salida del pueblo. Allí habrá un cartel que indique el pueblo. En ese cartel hay que tomar el camino de la derecha que nos conducirá hasta la base del Damero Redondo. Una vez allí, hay que desechar el camino que sale a la derecha. Si se quiere evitar esta subida se puede rodear la montaña por la izquierda a través de un hermoso robledal salpicado de algunos pinos.
Es en la subida al Damero Redondo cuando podremos ver dónde está ubicado Ferradillo. Será la estampa más bonita de toda la ruta. El motivo por el que merece la pena subir al Damero Redondo.
Una vez superado el Damero Redondo queda la parte más dura de la ruta. El camino ahora transcurre en su mayoría por la cuerda de la montaña. Cuerda que une el Damero Redondo con el Cerro del Cabezo. Se sucederán una serie de subidas y bajadas que hará que el desnivel acumulado de la ruta crezca hasta por encima de los 1.000 metros. Justo antes del Cerro del Cabezo habrá que tomar un camino que sale a la izquierda que nos conducirá de nuevo hasta Rimor.
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Respeta cada cosa por donde pases. Que todo quede igual que antes de tu llegada.