El Valle de Las Tejedas es unos de los valles más desconocidos y hermosos de toda la geografía berciana. Su recorrido nos internará en un robledal infinito que probablemente sea el más largo de todo el Bierzo. Además pasaremos por el pueblo abandonado de Las Tejedas donde el tiempo se ha detenido en mitad de la naturaleza.
El Valle de las Tejedas transcurre en buena parte paralelo al Camino de Santiago, en este caso vamos a recorrerlo entre las localidades de Riego de Ambrós y Manjarín.
Esta ruta también puede consultarse esta ruta con detalle en el fantástico libro «El Bierzo, 50 rutas a pie» de Editorial Calecha. Contiene información muy detallada de muchas rutas que pueden hacerse en el bierzo y sus alrededores. Puede comprarse aquí.
En el caso de esta ruta, creo que es casi imprescindible contar con él puesto que hay determinados puntos en el camino que nos harán dudar y tomar el valle correcto no será fácil pudiendo equivocarnos y aparecer varios kilómetros más allá de lo pretendido.
Os remito al mismo para consultar los aspectos de la ruta más complejos, habrá que vadear ríos, tomar valles laterales sin equivocarnos, etc. La orientación no será fácil.
Riego de Ambrós – Valle de las Tejedas – Manjarín – El Acebo – Riego de Ambrós
Tenemos que pasar Riego de Ambrós, en la primera explanada que nos encontramos a la izquierda, dejamos el coche.
Justo aquí:
Allí mismo veremos el largo Valle de Las Tejedas, tomaremos el camino de bajada que nos conduce a él.
Tendremos dos posibilidades:
Solo hasta Manjarín
Si se han posicionado dos vehículos habremos recorrido hasta Manjarín 12 kilómetros con los tres últimos duros (se salvan casi 600 metros de desnivel). Los anteriores no son duros, pero sí aventureros.
Distancia | 12 kms |
Desnivel | 690 metros |
Dificultad | Media |
Punto más bajo | 865 metros |
Punto más alto | 1.458 metros |
Bajando andando desde Manjarín hasta Riego de Ambrós.
Desde Manjarín hasta Riego todavía hay que subir más. Habremos de ascender Peña Llabaya de forma progesiva. A partir de ahí bajada hasta Riego de Ambrós por el camino de Santiago que puede hacerse bien por carretera o por caminos. Desde Manjarín hasta donde hemos dejado el coche tendremos casi 10 kilómetros en su mayoría de descenso a través del Camino de Santiago.
Distancia | 22 kms (ida y vuelta) |
Desnivel | 753 metros |
Dificultad | Media-Alta |
Punto más bajo | 865 metros |
Punto más alto | 1.512 metros |
La ruta es dura. No es apta para todo el mundo, incluso para un senderista habitual. Es posible que toque pegarse con la maleza y a vadear ríos. Se requiere muy buena orientación en varios puntos del recorrido. El desnivel total es de casi 753 metros.
Buena parte del camino es cómodo y prácticamente llano hasta el final donde la cosa se empina mucho. La gran dificultad está en vadear los ríos cuando toca. En marzo, mes en que realizamos esta ruta, el río bajaba a tope. Cruzarlo pisando en unas pocas piedras era imposible. No hubo más remedio que improvisar puentes con palos que encontramos.
No solo fuimos de ruta, también de aventura. Fue de las rutas más divertidas que he hecho. Me recordó a esas veces que sale en la tele que una gran empresa lleva a sus trabajadores de convivencia un fin de semana y les plantea pruebas de cooperación.
Tuvimos que vadear varias veces el río de esta manera. Hasta cuatro. Fue divertido. La primera vez que lo hicimos alguien dijo: «por probabilidades alguien tiene que caerse al agua«. Sabias palabras. De los cinco que íbamos en el primer vadeo habían pasado cuatro y un servidor era el único que quedaba por cruzar. Falló una rama a la que me sujeté y metí pie en el agua. No pasó de ser una anécdota para cumplir con la estadística, pero podría haberme mojado entero.
Pronto se llega al pueblo de Las Tejedas donde el tiempo se quedó parado. Donde el tiempo no pasa. Sin duda nos sentiremos en un lugar ajeno a lo cotidiano. Enclavado en el fondo del valle y rodeado de bosques.
Su iglesia, es lo más destacable. Se yergue muy por encima del pueblo. El paso hacia ella, aunque factible por encima de unos troncos sobre el río, no fue posible. Dichos troncos no nos ofrecen seguridad.
Habremos recorrido hasta aquí 7 kilómetros en los que apenas hemos ganado 100 metros de altura.
Lo que allí veamos, como con todo, debe quedar igual que lo hemos encontrado. Si no, no vayas. Molestarás.
Proseguimos la senda que cruza el pueblo para comenzar un tramo que encadena subidas y bajadas a través del valle. Vamos por la margen izquierda del río.
A pesar de ser ya primavera el inmenso robledal está desnudo, pronto cambiará esas pocas hojas viejas por hojas nuevas.
Cuando el valle se encuentra con otro que sale por la derecha deberemos abandonar el valle principal para subir por Manjarín. Hasta aquí llevaremos 9,5 kilómetros. Hay que vadear de nuevo el río y subir por este nuevo valle por el lado izquierdo. Costará encontrar el camino, pero ahí está, seguid, al final daréis con él. Aconsejo de nuevo las indicaciones que se dan en el libro «El Bierzo, 50 rutas a pie«. Si no, nos resultará muy difícil. Al igual que nos resultó vadear el río en esta época.
Hay quien prefiere ver el robledal vestido de primavera, o vestido de otoño. A mí me gusta verlo así, desnudo. Tan sólo cubierto por una maraña de líquenes y musgos que le proporcionan un verdor mágico.
Según vayamos ascendiendo por este segundo valle el camino se hará más claro. Tendremos un buen grupo de maderos para cruzar el río a la altura del último molino que veremos. Antes habremos visto el Molino de Senén y el de la Llera, pero para ello hay que fijarse muy bien, no son fáciles de ver, hay mucha vegetación incluso en las épocas invernales.
Vamos a tener algo más de 2,5 kilómetros de dura subida en los que se salvan 350 metros de desnivel. Tras cruzar el puente de la anterior foto viene lo más bonito y lo más duro de toda la ruta. Es aquí cuando el bosque alcanza niveles únicos, lo mismo que la empinada pendiente que nos llevará hasta Manjarín. Es probable que se nos haga larga.
Pero no queda nada. Son unos pocos kilómetros que en nuestro caso hubo que hacerlos pisando nieve por lo que esta última parte se hizo más dura.
Llegamos a Manjarín. Camino de Santiago. Pronto veremos la colección de carteles con ciudades del mundo y sus distancias desde Manjarín. Una foto que no hay peregrino que pase que no la tome.
Si hemos dejado un segundo coche en Manjarín habremos finalizado la ruta. Y si no, toca bajar hasta nuestro punto de partida. La recomendación para ello, por hacer la ruta circular, es que se haga siguiendo el Camino de Santiago.
Peña Llabaya
Tras Manjarín toca subir más. Hasta las laderas de las Peña LLabaya, para después bajar hacia los pueblos de El Acebo y Riego de Ambrós.
Tendremos buenas vistas hacia los Montes Aquilianos y hacia la hoya berciana. También veremos los pintorescos pueblos de El Acebo y, en el otro lado del valle, Folgoso del Monte.
La ruta será conveniente hacerla cuando el río no lleve mucha agua, así será más fácil vadearlo. Si lo que queréis es una aventura en el monte de las de verdad, id a finales de marzo o principios de abril.
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Respeta cada cosa por donde pases. Que todo quede igual que antes de tu llegada