Tras la lavandera blanca (Motacilla alba) llega ahora la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). De morfología idéntica a la lavandera blanca, pero quizás, algo más pequeña y de unos colores que a mí me maravillan. Ese amarillo le queda perfecto.
Si en el artículo anterior, sobre la lavandera blanca, se comentaba que no era raro verla en determinados espacios de las urbes, ésta que nos ocupa ahora no es tan fácil verla por allí. Es un ave de campo, que siempre estará próxima al agua, como su prima, y será fácil verla en las riberas de arroyos y ríos, en zonas lacustres y en las proximidades de fuentes.
Su fotografía también entraña dificultad al tratarse de un ave inquieta. El día que tomé estas fotografías no tenía mucha luz, por eso era necesario tener a la lavandera bien quieta, algo contrario a su naturaleza.
Este grupo de lavanderas cascadeñas que os muestro compartía espacio con la lavandera blanca. Pudimos observar cómo esta segunda se imponía a la primera en la lucha por posaderos y lugares estratégicos para la búsqueda de insectos.
También puede fotografiar a un juvenil de la especie
Y por último os dejo con un vídeo. En él se ve al juvenil de la fotografía anterior y a un adulto.
Espero que os haya gustado. Hasta otro día.