Hoy os contamos la subida al Susarón. ¡Mirad qué porte tiene esta montaña!
Muchas veces había pasado a los pies del Susarón camino de otros objetivos como Mampodre o Redes. Siempre quedaba ahí para la próxima a pesar de esa atrayente arista este. Llegó el día. Y aquí os lo cuento. Subimos por la arista este que es la situada en la parte derecha del pico en la anterior fotografía.
El itinerario de la ruta es el siguiente.
Puebla de Lillo – Arista este del Susarón – Cima del Susarón – El Pradico – Hayedo de la Cervatina – Puebla de Lillo
Distancia | 11,50 kms |
Desnivel | 800 metros |
Dificultad | Media-alta |
Punto más bajo | 1.111 metros |
Punto más alto | 1.878 metros |
Fechas toma de fotos | 30-03-2021 |
Como podéis ver se trata de una ruta corta. Pero se ganan 800 metros en algo más de dos kilómetros. Esto convierte la ascensión en exigente y dura. Como veremos, hay tramos de trepada y de sensación aérea que harán disfrutar a muchos. A otros, en cambio, puede bloquearlos. Es una ruta completamente desaconsejada si se tiene problemas de vértigo.
Esta ruta excede del senderismo tradicional pues requiere el uso de las manos para progresar y saber gestionar el progreso por la arista. Si se está acostumbrado a esto, el Susarón no representará ninguna dificultad. Será un disfrute. Y estoy seguro de que repetirás.
Tenemos que ir hasta el bonito pueblo leonés Puebla de Lillo. Cuenta con una plaza muy espaciosa donde habrá sitio para el coche sin problemas. Podéis consultar la posición exacta en Google Maps AQUÍ.
Una vez que estemos aparcados contaremos con una fuente allí mismo en la que podremos llenar nuestras cantimploras. Tomaremos la carretera principal que atraviesa el pueblo y caminaremos por ella dos kilómetros en sentido Boñar.
Una vez recorrido este tramo veremos la arista del Susarón. Abandonamos la carretera y todo para arriba.
El progreso, en estos primeros metros es sencillo. La vegetación es baja y hay algunos hitos que ayudan. Podemos tener como referencia un árbol que está en la misma arista. Habremos de pasar junto a él.
A partir de este árbol comienza la marcha.
La arista este del Susarón consta de tres tramos. En el primer tramo nos encontramos con varias trepadas que no revisten ninguna dificultad para quien esté mínimamente acostumbrado.
Mis compañeros, Gorka y Roberto, ganan altura rápidamente. Yo me quedo atrás para sacarles la foto en la arista. La subida es dura porque el desnivel que se salva es grande. Además, se trata de la típica montaña que nunca se acaba. Siempre parece que vamos a llegar a la cima. Pero no es así, luego queda otro tanto y otro tanto. Éste que se ve en la foto es el primer tramo de la arista.
Parece que la cima está próxima pero no es la cima.
La arista es muy aérea. Abajo quedó la carretera por la que transitamos los primeros kilómetros.
Ahora ya estamos en el segundo tramo de la arista. El de la siguiente foto es posible que sea el paso más delicado. Aunque no es difícil, es menos complicado de lo que parece. La foto peca de no reflejar bien la realidad. Aunque no caben errores.
Disfrutamos mientras progresamos por la arista. El Macizo del Mampodre (ruta aquí) nos acompaña en todo momento. ¡Qué montañas!
Al otro lado, el embalse de Vegamián. Estamos acabando el segundo tramo de la arista. Es el menos pindio.
Una vez acabado el segundo tramo, tenemos frente a nosotros el último tramo. Ya vemos la cumbre.
El último tramo es muy sencillo de afrontar, pues puede acometerse por cualquier lado. Será opción de cada uno pegarse más a la arista.
Llegamos a la cima. Nos hacemos la foto de cumbre.
La cima del Susarón es un premio gordo. Las vistas son antológicas. Aunque ese día tenemos la intensa calima nos impide ver de forma nítida las cumbres del entorno. Al sur vemos el embalse del Porma.
Destacan Peñacorada al fondo, la Peña San Pedro y Peña Armada.
Los buitres nos sobrevuelan. La vista hacia el este nos muestra Espigüete al fondo, Llerenes y Las Pintas, con un buitre pasando entre estas dos últimas.
Hacia el suroeste vemos Valdorria, Peña Galicia y la espectacular Forqueta de Arintero.
Siguiendo por el oeste, más al norte disfrutamos de Bodón, Cueto Cabañas y Fontún.
Una vez disfrutada la cima descendemos por su ladera este. Hay una senda con hitos que facilita el descenso. En los primeros metros es muy vertical.
Dirigimos nuestros pasos hacia el Pradico, que es la antesala del hayedo de la Cervatina que luego atravesaremos parcialmente.
En el Pradico encontraremos una fuente, aunque estaba prácticamente seca a comienzos de la primavera. Allí podremos decidir si tomamos ya el valle de descenso al norte que nos pondrá en Puebla de Lillo o tomar la pista que he señalado en la siguiente foto para atravesar el hayedo de la Cervatina.
Nosotros optamos por hacer algunos kilómetros más para atravesar el hayedo de la Cervatina. Merece la pena.
Disfrutamos atravesándolo.
Tras aproximadamente un kilómetro y medio damos a una pradera en mitad del hayedo. Aquí decidimos tomar el camino de la derecha que nos bajará a Puebla de Lillo. Existe la opción de continuar dando una vuelta más amplia por el hayedo si en dicha pradera tomamos el camino de la izquierda. Indicado en rojo en la siguiente foto.
El camino que tomamos nos conduce a una pista que es lo menos bonito del día. El Susarón, portentoso, nos acompaña. Por contra, tenemos que aguantar los feos pinos que no pintan nada en estos parajes.
En tres kilómetros desde que abandonamos el hayedo estaremos en Puebla de Lillo.
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Respeta cada cosa por donde pases. Que todo quede igual que antes de tu llegada.